La postura en la meditación Zen

La postura en la meditación Zen

Para realizar una buena meditación lo más importante es la posición. Podemos colocarnos sentados con la piernas semi-cruzadas o simplemente cruzadas.

Podemos ayudarnos de un zafú o cojín, para mantener la columna recta y de esta manera con las manos unidad en forma de arco, se permite disminuir la acción del pensamiento, y con la respiración destensar todos los músculos del cuerpo.

Con la práctica se comienzan a descubrir las tensiones, sus causas y se descubre como relajarse.

La columna debe de quedar recta, como si un hilo tirase de la cabeza y otro hilo de la zona sacra, es la unión del cielo con la tierra. 

Armonizar la posición, la quietud del cuerpo con la respiración, nos permitirá destentarnos, adquirir serenidad y calma, y sobre todo despegarnos de los pensamientos, del mono loco y/o hámster. 

La postura, la posición es importante en el Zen, ya que marcará también poco a poco nuestra posición en la vida. La postura nos da quietud, la quietud nos da serenidad, y con ello consciencia y al final sabiduría.